Reflexión interior fotográfica.

Cuando hago un retrato, tengo predilección por el lado derecho para iluminarlo. De ese cuerpo, de esa cabeza, de ese objeto, me gustan sus sombras en donde quedan, casi inamovibles, con sus filos degradados hasta tocarse con la luz de la superficie iluminada: el volumen no tiene una fotografía, tiene todas las fotografías entonces.