A todos esos poemas.

A todos esos poemas.

Qué hago con todos esos poemas?
Todos quieren una guitarra. Una mano que los aplaste, que los estire, que los ponga allá y aquí, quieren.

Con esos pedazos qué hago?
Quieren un disco con sus nombres en el arte de la portada. Una estrella, unos lentes oscuros;
tus ojos quieren. Tu voz no, mi voz ya no, pero exigen a nuestro silencio lector subirlos al escenario.

Son unos monstruos pequeños, pienso. En la cabeza
usan los zapatos y comen tierra
y vidrios y hojas de libros por las noches.
Por otro lado, ya no,
ya no les cabe la voz
en el cuerpo: la retro-excavadora no construye pero limpia
para el nuevo paisaje de edificios
y torres...

La progresión de acordes que mas me gusta tiene números que se escriben solos cuando muerdo la punta de mis dedos de la mano derecha, el primer poema de la serie dice, canta.