Decía no tener voz: hasta el desequilibrio cinco centímetros de liga, una bola de papel trazo, medio kilo de alambre cocido y brea fría chillan en sus muelas: tin tin tan tan tan tin tan tin tin tin tan. Quiso, y dibujó un arpa, escribió Estrella en nuestros ojos, lamió las patas del perro guardián: el guiño de un enfermo. La trampa tiene una sombra enorme, está claro. Uy! alláaa vamos todos: un cochecito de paletas busca la piedra, el vado, el tope. Mi nombre es Sebastián  y mido 1.77 de estatura: el agua trae escándalo para estos pies: lean este libro, la s y la z son la s y la z en el tiempo real.