Quisiera aparcar el carro ahí, bajar de la torpe máquina de lado del copiloto, (dejarla hundirse en ese puño de basuras), cerrar la puerta, cruzar la avenida, seguir hacia arriba las cuatro calles, llegar a la la esquina, sentarme en la banqueta, de su orilla tomar aquel pedazo de cigarro, fumarlo, fumarle la saliva, el polvillo, la grasa, fumar la tierra y las uñas del Otro, seguir fumando, todo el polvo, toda la grasa, las uñas, levantarme despacio, cruzar hacia a la otra acera, regresar fumando el pedazo, fumarme las uñas, fumarme mis uñas las cuatro calles, llegar al auto, entrar por la del piloto, las uñas, encenderlo, (sacar la máquina del mudo pozo de basura) las uñas. Apagarlo luego, salir por la del copiloto, seguir fumando el polvillo, la banqueta, despacio. Quisiera; el carro me abraza, me lleva, allá vienen las cuatro calles, la esquina, el cigarro. Allá va el cigarro, la esquina.  

música para acompañar, Apostate de Swan.